PAULO FREIRE


Paulo Freire fue un educador brasileño nacido en Recife el 19 de septiembre de 1921 y muerto en San Pablo el 2 de mayo de 1997. Construyó su pedagogía educativa basada en la preocupación por los pobres, ya que durante la Gran Depresión de 1929 vivió la experiencia de padecerla.

Comenzó su labor como educador enseñando a individuos de clase baja a leer y escribir para que éstos pudieran participar en las elecciones de su país. Sus ideas educativas fueron apoyadas por el gobierno cuando enseñó a leer y a escribir a trescientos trabajadores de los plantíos de caña en cuarenta y cinco días, aunque posteriormente un golpe de estado puso fin a sus proyectos, teniendo como consecuencia el encarcelamiento por traidor y el exilio posterior.

Su obra titulada “Educación como práctica de la libertad” propició que le ofrecieran el cargo de profesor visitante en la Universidad de Harvard en 1969. Escribió también “La pedagogía del oprimido”, texto que fue publicado en inglés y en español en 1970 pero que hasta 1974 fue publicado en Brasil.

Como puede notarse sus escritos aparecieron durante un período de intenso conflicto, en el que la lucha de clases de América Latina adquirió una gran fuerza. Es por ello que en sus escritos no sólo se plasman ideas de revolución pedagógica, también se muestran ideas de revolución política y social que serían capaces de transformar a la humanidad.

En “La pedagogía del oprimido” Paulo Freire nos muestra su desacuerdo con el sistema educativo tradicional, el cual denomina “educación bancaria”, ya que esta se caracteriza principalmente por una educación en la que el educando es solo un receptor de conocimientos y el educador es quien sabe y escoge los contenidos a tratar en su clase. Este impone las reglas y su concepción al educando, estableciendo una relación entre el opresor y oprimido ante la sociedad. La función del educando será adaptarse a lo impuesto por el educador, aceptando la eliminación de su creatividad y de su conciencia crítica, que en un periodo determinado le generará una dificultad para pensar y para abrirse al diálogo.

El autor menciona en su obra un aspecto que me parece muy interesante para analizar la conducta de los oprimidos y los opresores. Señala que la violencia de los opresores traerá consigo tarde o temprano el despertar hacia la lucha de aquellos que fueron minimizados. Dicha lucha tendría como principal objetivo no solo liberar a los oprimidos, sino también a todos aquellos que abusaron de su poder e influencia sobre los otros, ya que, el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será suficiente para liberar a ambos.

Considero que lo anterior es muy importante, ya que estoy segura de que cuando esta lucha realmente suceda en las instituciones educativas existirá una gran armonía entre los alumnos y el profesorado a cargo que le pondrá fin al sistema tradicional. Debo señalar que esta revolución empieza a suscitarse, pero desafortunadamente no ha sucedido por completo, ya que el aplicar el sistema de “educación bancaria” por tanto tiempo en las instituciones educativas ha traído como consecuencia la imposibilidad de pensar de los alumnos, siendo principalmente los más afectados los estudiantes de nivel superior. Me cuesta mucho trabajo aceptar la idea de que la mayoría de ellos se encuentra en esta situación y me duele aun mas saber que muchos de estos estudiantes se dedicarán a laborar dentro del ámbito educativo.

Por dicha situación me pregunto: ¿Será posible que los futuros docentes y los actuales profesionales de la educación sean capaces de renovar sus ideas y su práctica educativa para que puedan aplicar un sentido crítico y bien estructurado para romper con el sistema opresor?, ¿Qué debemos hacer como estudiantes y como individuos de una sociedad para que a nuestros niños no se les impida expresar sus ideas y su creatividad?. Dichas respuestas las obtendrán todos y cada uno de los individuos que se preocupen y decidan actuar no solo por el futuro de México, sino por el de la humanidad.

Retomando la misma línea de pensamiento nos encontramos con que para dar fin a la “educación bancaria” (que considera la mente del alumno sólo un depósito de conocimientos) Paulo Freire propone una “educación liberadora”, sustentando en ella una pedagogía humanista – espiritualista. Esta pedagogía la considera humanista porque centra en el hombre la problemática educativa que tiene como objetivo la humanización y es espiritualista porque hace visible lo espiritual en el sujeto, ya que todo lo que éste realice será la expresión de su espíritu.

Freire también considera que toda acción educativa debe ir precedida de una reflexión sobre el hombre (¿qué es?, ¿para qué? y ¿por qué?), no existiendo una educación neutra.

La “educación liberadora" se identifica con la intencionalidad de la conciencia, pues un acto sapiente conducirá al diálogo. Así el educador no sólo tiene la función de educar sino que también será educado en el diálogo con el educando. Dicha educación tiene como objetivo la organización reflexiva del conocimiento al prever al hombre de medios que le liberen de su ilusa idea de la realidad, buscando un despertar a la reflexión de situaciones concretas. Junto con lo anterior se abrirá paso al diálogo posterior.

Para liberar al oprimido el autor propone que como primer paso debe suscitarse la alfabetización. En el método de alfabetización se tendrá como primer nivel de aprendizaje la toma de conciencia (que ya ha sido mencionada anteriormente), puesto que no solo basta con leer un texto, ya que el hacerlo implica también comprenderlo. Para que dicho método funcione debe partirse de la realidad del alfabetizado, de lo que conoce y de su situación existencial.

Teniendo lo anterior, Freire propone la post-alfabetización (superación del alfabetizado), la cual pretende reforzar y profundizar el conocimiento adquirido en la escritura, la lectura y las matemáticas, además de desarrollar las capacidades para el análisis crítico de la realidad y sus expresiones, para dar paso a la preparación de los educandos en cursos técnicos.

En síntesis, puede mostrarse que la educación que propone Paulo Freire logra que el instructor y el estudiante se enfrenten juntos al acto de conocer, siendo el primero el encargado de fomentar la creatividad y la conciencia crítica del segundo. Dicho acto alcanzará su logro en la expresión (mediante el diálogo), que logrará que se haga presente el proceso de enseñanza-aprendizaje que conducirá a su vez a la reflexión sobre la realidad.